La realidad es que todos hemos perdido muchas oportunidades, que con el paso del tiempo nos parecen obvias pero en ese momento no nos dimos cuenta y las desaprovechamos. Luego de pensar mucho en eso, he llegado a una conclusión: Todas las oportunidades que he perdido han sido por una sola causa: El miedo. El miedo de dar un paso al frente y gritar ¡Aquí estoy! O no haber tenido esa tan necesaria iniciativa para hacer frente a la oportunidad que quizá fue aprovechada por uno aún de menor calidad que la mía, pero que fue un poco más caradura o más vivo que yo. Un buen consejo es la frase de hoy:
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