A través de nuestros errores tenemos la oportunidad de reflexionar y aprender algo nuevo, reconocer y aceptar nuestras equivocaciones amplía nuestra visión de la realidad, nos impulsa a asumir nuestra responsabilidad. En la vida y en el Ajedrez existen dos maneras simples de aprender y madurar: lo hacemos por error y acierto, reconociendo y asumiendo las consecuencias que se generan de nuestras elecciones. Los errores que hay que evitar son aquellos que eliminan la posibilidad de volverlo a intentar.
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