Un corazón puro es la clave de la felicidad no sólo para estar bien, sino para mejorar el entorno donde uno convive, nadie vive con felicidad en un mundo malo, donde las personas se odian, se burlan de los demás, donde reina el egoísmo y la envidia. Donde la reina es la maldad. Podemos aportar nuestro granito de arena para, por lo menos intentar mejorar nuestro hábitat. La Biblia en su infinita sabiduría nos da este hermoso consejo: El hombre bueno del buen tesoro de su corazón saca lo bueno, y el malo de su mal saca lo malo: porque de la abundancia del corazón habla su boca (Lucas 6:45)
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